A 20 años desde que sus primeras piezas fueran lanzadas al espacio en 1998, la Estación Espacial Internacional ha sido partícipe de múltiples descubrimientos y avances astronómicos. Es por eso que hoy les hablaremos sobre sus curiosidades y diversos logros.
Con unos 109 metros de largo (casi como una cancha de fútbol) y un peso alrededor de 453 toneladas, la Estación Espacial Internacional (EEI) es la nave espacial más grande que ha construido la humanidad.
Su inauguración fue el 2 de noviembre de 1998, siendo el único laboratorio para la investigación de microgravedad. Estos son algunos de sus logros y curiosidades:
Reunir a la comunidad internacional
La construcción de la EEI, al ser un proyecto bastante grande, requirió la colaboración de 15 países. Hoy en día, sus principales agencias a cargo son la NASA (EE.UU.), la Agencia Espacial Europea (ESA), Roscosmos (Rusia), Jaxa (Japón) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA).
Además, 108 países han realizado más de 2.700 investigaciones en la EEI, de acuerdo a la NASA.
«Lo mejor que la EEI ha hecho es unir a la comunidad internacional, a agencias espaciales internacionales, para cooperar en el espacio, lo que se había hecho en grado limitado antes de la EEI», le dice Laura Forzcyk, directora de la consultora espacial Astralytical.
Estudio de cambios físicos en el cuerpo humano
Gracias a que la EEI es el único laboratorio con condiciones de microgravedad permanentes, esto ha permitido a los expertos entender cómo la biología, fisiología, psicología humana operan a largo plazo en ausencia de gravedad.
Nuestros músculos y huesos están diseñados para sostener al cuerpo frente a la fuerza de gravedad de la Tierra. Pero en el espacio y en la EEI estos órganos tienden a realizar mucho menos esfuerzo, por lo que pueden atrofiarse o perder masa.
La exploración del quinto estado de la materia
Los científicos dieron en 1995 los primeros pasos para producir el quinto estado de la materia. Conocido como “condensado de Bose-Einstein (BEC)», está formado por nubes de gas compuestas por múltiples átomos que se comportan como si fueran uno solo, teniendo propiedades completamente distintas a los estados sólido, líquido, gaseoso y plasma.
Estudio de enfermedades
Las condiciones de microgravedad también han permitido estudiar enfermedades como el alzheimer, el parkinson y el asma, el cáncer y hasta males cardíacos en los laboratorios de la EEI, detalla la NASA.
En la Tierra la gravedad puede afectar la alineación de las moléculas. Mientras que, en la EEI, al no haber gravedad, el ambiente es muy estable.
Estas circunstancias permiten estudiar y comprender mejor la estructura, las propiedades y comportamientos de las proteínas que causan enfermedades neurodegenerativas o la Distrofia Muscular de Duchenne (DMD) y de las células involucradas en la aparición del cáncer, explica la NASA.
Cultivos de alimentos de microgravedad
La capacidad de cultivar alimentos en el universo implica un progreso para las propias misiones, ya que esto implica una disminución en la carga de los viajes espaciales, así como la obtención de una fuente de alimento sostenible y autosuficiente.
En este contexto, los expertos se encargaron de sembrar ocho tipos de verduras de hoja verde en las instalaciones de “Veggie” (Sistema de Producción Vegetal). Para esto es que la NASA desarrolló desde 2010 un método de crecimiento de plantas en entornos del espacio exterior. Fue así que en las vísperas del invierno de 2015 un grupo de cosmonautas probaron su primera ensalada extraterrestre.