Asi es, parece que nos están espiando desde las alturas. Recientemente una investigación del equipo chileno de South Lighthouse descubrió al rededor de 21 antenas sospechosas en la Ciudad de México.
Y resulta que estas antenas podrían ser torres falsas de telefonía, también conocidas como IMSI catchers o stingrays.
Los stingrays son dispositivos que se hacen pasar por una estación base, con el fin de intervenir los teléfonos celulares que se conectan a ellos. Asi pueden recolectar información de los usuarios sin su previa autorización.
Este análisis, al que llaman Fake Antenna Detection Project (FADE), examinó 1801 antenas de la ciudad y comprendió casi 620 mil mediciones. El estudio reportó la mayor cantidad de anomalías en una antena ubicada en Amecameca, cuyo rango comprende la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y el Campo Militar 37-B de la Secretaría de la Defensa Nacional.
También se detectó otra antena con varias irregularidades cerca de la frontera de la CDMX con el Estado de México. Fue el Zócalo de la CDMX el primer lugar con mayor número de inconsistencias y antenas irregulares detectadas.
También se encontraron torres falsas en otros lugares populares de la CDMX como el Palacio de Bellas Artes, el Palacio Legislativo, el Heroico Colegio Militar, el Archivo General de las Notarías, entre otros. Las antenas, en general, están colocadas en espacios cercanos a oficinas de gobierno, cuarteles militares o espacios de protesta social.
El proyecto FADE no solo identificó estas antenas en CDMX, también analizó la presencia de estas en las ciudades de La Paz-Bolivia, Caracas-Venezuela y la frontera entre Colombia y Venezuela. Y hasta ahorita, Caracas es la ciudad con más antenas sospechosas, 33 en total.
¿Cómo pueden afectarnos estas antenas?
La mala noticia es que aún no sabemos quién esta y quién podría estar detrás de estas antenas. Pero entre las capacidades de estas torres falsas, esta obetener el número IMSI e IMEI de un celular, el contenido de las llamadas y mensajes de textos. También, quién este detrás de estas antenas, puede acceder a los archivos de los dispositivos que se mantengan en su rango.
Algunos modelos también pueden mandar SMS o hacer llamadas de forma anónima para intimidar a manifestantes o infectar teléfonos con malware.
En México aún no existe una ley que regule la adquisición o uso de estas torres. Aunque el uso de estas sería ilegal por constituir una intervención de comunicaciones privadas.