En el estudio Dulce exterminio: refresco y cerveza como causa desencadenante y complicaciones de la diabetes en mayas de Chiapas, México, realizado por Jaime Tomás Page y publicado en la revista Medicina Social se encontró que, las comunidades mayas en el sur de México tienen una condición de salud que los hace propensos a padecer diabetes mellitus.
Esto debido al consumo excesivo de bebidas azucaradas (Refrescos). Encontrando que, si bien el promedio de consumo de refresco en México es de 600 vasos de 250 ml al año, en el estado de Chiapas este número crece hasta los 3,285 vasos promedio por año.
Esto significa que cada persona que vive en Chiapas puede beber en un día poco más de dos litros, y en particular es el refresco de la marca Coca-cola el que más se consume en dicha región.
Si bien en el estudio se han identificado varios factores que fomentan el consumo de dicha bebida, una de las más interesantes es por la existencia de una afamada iglesia en Chiapas que ocupa la Coca-cola para sus rituales religiosos.
Si bien, anteriormente ocupaban el Agua ardiente de caña en los mismos, el cambio se dio en la década de 1980 con la constante publicidad que hacía referencia al cambio de «estatus» que provocaba el consumir refresco frente al aguardiente.
Esto como parte de una iniciativa que buscaba mostrar los efectos nocivos que tenía el consumo excesivo de alcohol en la comunidad, así los líderes religiosos comenzaron a sustituir el aguardiente de caña por la Coca-cola.
Así tanto en la vida religiosa como en los eventos sociales y políticos de la región, y de todo México, se reemplazaron las bebidas con frutas naturales o las tradicionales de cada región por el refresco de cola.
El 34.8% del gasto de una familia en Chiapas está destinado a la compra de refrescos
Otra de las razones que encontró el estudio de Tomás Page fue que el consumo de bebidas carbonatadas y azucaradas en Chiapas se ha fortalecido gracias una laxa legislación hacia las empresas refresqueras, campañas de mercadotecnia en lenguas locales y la poca accesibilidad de agua potable de calidad para los habitantes. A quienes se les facilita más el comprar un refresco que acceder a agua potable.
Esto, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud ha provocado que se dé una situación de “doble carga de malnutrición», provocado por el aumento de la obesidad sin haber controlado por completo las enfermedades crónicas ni la desnutrición de las personas.
Si una persona consume 2.25 litros de Coca-Cola al día obtiene en promedio 5,113 calorías (solo por el consumo de la bebida), muy por encima de lo que una persona de 50 años necesita, que es de 950 a 1800 calorías, si a esto le sumamos el resto de su alimentación, el número de calorías consumidas en un día sería tal que el cuerpo no podría procesarlo convirtiendo este hábito en el desencadenante de una serie de enfermedades crónicas.
Un análisis realizado por la Facultad de Ciencias de la Nutrición y alimentos, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas encontró que el Pozol, una bebida tradicional de la región y que su consumo ha ido en declive contiene una gran cantidad de microrganismos benéficos, cuenta con un alto porcentaje de proteína, grasa vegetal y carbohidratos, considerándose un producto de alta calidad nutricional, en comparación con otras bebidas.
Mientras que los refrescos, si se consumen al ritmo que se encontró, provoca efectos adversos a la salud de las personas, porque a las dos primeras semanas de consumirlos diariamente en una cantidad superior a los 355 ml en cada comida puede desencadenar rápidamente diabetes mellitus y otras enfermedades.
Actualmente México es el principal consumidor de Coca-Cola per cápita en el mundo con 150 litros al año promedio. Si se le compara con Estados Unidos una persona consume 100 litros de Coca al año. Mientras que en Chiapas este número sube hasta los 821 litros por año.
Vía | Conacyt