Entre estas culturas también se acostumbraba a limpiar las casas, renovar cosas y preparar platillos especiales. Estas son algunas cosas que hacían.
El año nuevo o el rito para dar inicio a un nuevo ciclo se repite en diferentes culturas pero se destaca en México el que se realizaba en las culturas Maya y Mexica. Porque mientras que los mexicas le hacían honor al Dios del Fuego Xiuhtecuhtli, quien era el encargado de la regeneración del mundo, los Mayas efectuaban una gran fiesta durante el mes Pop, que era hacia Julio para marcar un nuevo ciclo.
Tanto para los mexicas como para los mayas las festividades para darle la bienvenida a un nuevo ciclo comprendía la preparación de platillos especiales, ritos corporales. limpieza del hogar, bailes ceremoniales y en general el desecho de lo viejo.
Las celebraciones de fin de año están relacionadas con los astros: el sol, la luna o ambos y aunque en las civilizaciones de mesoamerica el calendario estaba conformado en la mayoría de los lugares por 18 meses de 20 días más 5 sobrantes que era considerado un mes corto, el inicio de año se daba en distintas fechas.
El año nuevo para los Mexicas
Para los mexicas el año iniciaba en febrero, lo cual no tenía relación con ningún acontecimiento importante astral. Así de acuerdo con el calendario mesoamericano el mes de 20 días que precedía a los Nemontemi (mes corto o cinco días aciagos) marcaba el fin de año entre los mexicas, dicho mes, era conocido como Izcalli, coincidente con el mes de enero.
La fiesta se realizaba en honor del Dios del Fuego, Xiuhtecuhtli, quien era el encargado de la regeneración del mundo y es por ello que alrededor de este elemento se llevaban a cabo una serie de actos solemnes, mismos que derivaban en la gran ceremonia del Fuego Nuevo, que tenía lugar en el Cerro de la Estrella cada 52 años.
“Con el Fuego Nuevo se apagaban todas las luces de México –Tenochtitlan y entonces esperaban la culminación de las ‘Pléyades’ o ‘Siete cabrillas’ en el cenit, señal de que nacería un nuevo sol. Cada año debió ser una especie de reminiscencia de este hecho”, señala la doctora Yólotl González Torres, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
Para la celebración del año nuevo, también, cada año con pequeños maderos se elaboraba una estatua de Xiuhtecuhtli, la cual era adornada con una máscara de mosaico y arte plumario. Lo que se conoce gracias a las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún.
Este momento también era importante para los jóvenes de distintos barrios o calpullis, quienes iban de caza y entregaban lo obtenido —principalmente sabandijas y animales pequeños— a los sacerdotes, quienes a su vez ofrendaban al fuego.
Durante esta fiesta se repartía un tipo especial de tamal y además, a final de año, interpretaban un baile como en casi todos los meses.
Otro dato curioso es que solía “estirarse” a los niños con la idea de que llegarían a ser adultos grandes y fuertes. Asimismo se les practicaba una ceremonia de oradación (perforación de las orejas), y les daban de beber pulque en unas tazas pequeñas, que era como una especie de bautizo pues contaban con “padrinos”.
El año nuevo para los Mayas
En el caso de los mayas las referencias de Fray Diego de Landa en su Relación de las cosas de Yucatán hacen considerar que ellos sí celebraban de manera particular el Año Nuevo.
Es así como se sabe que durante estas fechas adoraban a todos sus ídolos y renovaban todas las cosas que tenían para su servicio: vasijas, bancas, ropa, barrían las casas y todo lo viejo lo tiraban a la basura.
La costumbre de barrer es muy extendida entre los pueblos, ya que entraña la renovación, pensar que para el año siguiente todo será bonito.
“El ayuno era una tradición que antecedía las festividades, además de la abstinencia sexual y la reserva de algunos alimentos, o la condimentación con sal. Las mujeres quedaban excluidas de lo anterior, lo que continúa en la actualidad entre algunas poblaciones mayas.
Durante esta fiesta los chaac o sacerdotes quemaban incienso ante los altares, y en el Año Nuevo todos se juntaban en el patio del templo (excepto las mujeres) y tenían un baile y banquete especial.