En estos tiempos tan difíciles donde la pandemia del COVID-19 ha afectado a varias personas, las secuelas que este conlleva es el daño de los pulmones.
Es por eso que nos dimos a la tarea de investigar como reparar tus pulmones después de tener COVID-19.
La verdad es que no es nada difícil hacer ejercicios para recuperar tus pulmones, primero que nada necesitas quitar algunos hábitos que no son nada saludables, además de realizar algunas rutinas de ejercicios
Deja de fumar y de vapear
El primer punto es llevar una vida saludable, es por eso que dejar de fumar y vapear es un punto importante, pues las personas que fuman tienen un mayor riesgo de infección del tracto respiratorio, y pueden tener un mayor riesgo de no reparar sus pulmones.
Es importante aclarar que vapear también afecta el sistema respiratorio; ya que los ingredientes del e-liquido de un cigarrillo electrónico, como el propilenglicol y los agentes saborizantes, inflaman el sistema respiratorio.
Esto provoca el desarrollo de cáncer y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, es por ello que dejar de vapear ayudará a sanar tus pulmones.
Ejercita tus pulmones
Tanto como el cuerpo físico como los pulmones, necesitan ejercitarse, es por ello que se recomienda respirar profundamente y contener durante 5 a 10 segundos. Exhala y repite el proceso 5 veces seguidas.
Este ejercicio ayuda a tus pulmones a limpiarlos y a llenarlos de aire limpio. Además ayudas a oxigenar tu cerebro.
Respirar aire puro
Sabemos que la contaminación es mala para todas las personas, sin embargo, para las personas que padecieron COVID-19 les afecta más, por eso se recomienda respirar aire más limpio, aire fresco, si tienes la posibilidad de alejarte de la ciudad, hazlo, ve a un lugar donde se pueda disfrutar de la naturaleza.
Consume alimentos ricos en antioxidantes
Se ha visto que los antioxidantes ayudan a reducir la inflamación en los pulmones, para ayudar a desinflamarlos, se recomienda comer alimentos ricos en antioxidantes.
Las sustancias antioxidantes incluyen:
- Vitamina A: leche, hígado, mantequilla y huevos
- Betacarotenos: naranjas, zanahoria, mangos, calabaza, brócoli, calabacín
- Luteína: presente en los vegetales de hojas verdes
- Licopeno: toronja rosada, sandía y tomates
- Selenio: cereales, leguminosas, pescado, pan integral y frutos secos
- Vitamina C: papayas, fresas, naranjas y kiwi
- Vitamina E: nueces y semillas, espinaca y la col rizada