Esta semana una noticia que ha impactado al mundo entero ha sido la redefinición del peso que tiene un kilogramo, ya que con el paso del tiempo su valor ha disminuido 50 microgramos. Por ese motivo el Comité Internacional de Pesos y Medidas decidió el pasado viernes que el estándar del peso de un kilogramo cambiará.
Esto significa que el valor de kilogramo ya no estará definido por un objeto físico sino que se redefinirá mediante una constante matemática altamente precisa. Lo que hace más preciso el sistema de cálculo de está unidad.
Si bien en nuestra vida diaria el valor de un kilogramo no se ve afectada por la variación en el tiempo de 50 microgramos, en otras materias como química y física la exactitud afectaría incluso al desarrollo de medicamentos. Por eso el motivo de cambiar, después de 129 años la forma en como se calcula su valor.
¿Cómo se calculaba el valor de un kilogramo?
El kilogramo original se establecido en 1889, a partir del peso que formaba un molde en forma de cilindro, del tamaño de un huevo, compuesto por un 90% de platino y un 10% de iridio. Este producto se repartió en 6 copias alrededor del mundo y desde entonces ha servido para determinar el valor de un kilo de peso.
De hecho el prototipo original se tiene guardado en Sèvres, cerca de la ciudad de París, protegido por tres campanas de cristal en una caja fuerte.
¿cómo se obtendrá ahora el valor de un kilogramo?
Con la redefinición dada, se espera que no haya incertidumbre en su valor con respecto a la masa de otros patrones del kilo. esto significa que con los nuevos cambios que entrarían en efecto el 20 de mayo de 2019, precisamente en el aniversario del Tratado del Metro de 1875, se empezará a usar la constante de Planck, para obtener el valor de un kilogramo.
La constante de Plank describe los paquetes de energía emitidos en forma de radiación y gracias a la balanza de Watt (a veces balanza de Kibble o balanza de potencia) se podrán calibrar patrones del kilo conocido el valor de la constante de Planck. Logrando con ello un margen de error que apenas alcance los 20 microgramos.
Sin embargo, permite que en el futuro se desarrollen sistemas de cálculo mucho más efectivos sin que sea necesario redefinir las constantes de medición.