Un estudio presentado por el Instituto Politécnico Nacional reveló que, al menos el 50% de los garrafones que se distribuyen en la Ciudad de México a través de purificadoras de agua contienen materia fecal.
Debido a la mala calidad de agua que hay en la capital del país, que aunque resulta ser potable, no es 100% recomendable que las personas la consuman, por ese motivo la mayoría de las familias han optado por comprar garrafones de agua purificada para su consumo.
Si bien las grandes embotelladoras han logrado cumplir con los estándares de calidad, el precio de adquirir uno de estos productos y la situación económica de las familias mexicanasha provocado que proliferaran las pequeñas purificadoras, las cuáles ofrecen un garafón de agua desde 8 hasta los 14 pesos.
Homero Martínez Salgado, investigador del Hospital Infantil de México y de Cornell University, aseguró que en la CDMX existen al menos 2,000 embotelladoras de agua que distribuyen a las familias de este vital líquido, sin embargo, no todas garantizan los procesos de limpieza e higiene.
Esto significaría que la mitad de los garrafones distribuidos en la CDMX contiene restos de materia fecal, mientras que un 21% tiene presencia de la bacteria E. Coli, la cuál termina provocando diarrea.
Y durante una revisión de los garrafones y la calidad del agua que se distribuye encontraron que un 30% de los productos analizados resultaron positivos a microbacterias no tuberculosas; un 41% superó el máximo de bacterias aeróbicas mesólas, y un 41.4% de las purificadoras analizadas “no cumplió con los estándares sociales mexicanos establecidos».
Se estima que alrededor del 50 por ciento del agua que se compra de rellenadoras tiene presencia de bacterias coliformes combinadas con materia fecal que, en medio de la epidemia de COVID-19, puede debilitar el sistema inmunológico, provocar diarreas
Por lo tanto, la recomendación es verificar la procedencia de los garrafones y los procesos de purificación de agua.