De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Morphology, un equipo de investigadores ha reconstruido el árbol genealógico del pez Balitoridae. Una especie acuática que aparentemente tiene una serie de inusuales adaptaciones pélvicas que le han dado la capacidad de trepar, o incluso caminar.
El análisis comparativo basado en el ADN de la familia de pez Balitoridae, es el primer estudio en incluir al Cryptotora thamicola. La única especie viva de peces que se sabe que camina sobre la tierra. Un patrón de pasos similar a los tetrápodos, o vertebrados de cuatro extremidades como reptiles y anfibios.
En el estudio, se encontró tres variantes dominantes de la anatomía pélvica de la familia del Balitoridae, en particular, la variación de una cintura pélvica.
Los resultados indican características pélvicas que permitan la locomoción terrestre del pez Balitoridae
Los investigadores han encontrado en la familia del pez Balitoridae, características pélvicas modificadas que le permiten la locomoción terrestre.
«La morfología modificada de estos Balitoridae, en particular la costilla sacra agrandada que conecta la placa pélvica con la columna vertebral es una gran parte de por qué el estudio de esta familia es tan emocionante”, dijo Callie Crawford, autora del estudio.
A diferencia de la mayoría de los peces que presentan aletas pélvicas ubicadas más anteriormente y unidas a la cintura pectoral, el pez Balitoridae cuentan con una conexión esquelética entre la placa pélvica y la columna vertebral. Modificación que le ayuda a generar fuerza contra el suelo y que le es muy útil para navegar por tierra.
Su mejor ejemplo fue descubierto en 2016, cuando los investigadores del NJIT identificaron que el Cryptotora thamicola usaba una cintura pélvica robusta unida a su columna vertebral para caminar y escalar cascadas con un paso de salamandra.
“Las costillas sacras permiten que las fuerzas de las aletas que presionan contra el suelo se transfieran al cuerpo, de modo que cada vez que la aleta empuja hacia abajo durante un paso, el cuerpo se empuja hacia arriba y hacia adelante”, explicó Flammang, investigadora principal principal del estudio y profesora asistente de biología en el NJIT.