Todavía no termina la pandemia y en China ya tenemos un nuevo brote de otra enfermedad. En estos días, las autoridades del gobierno Chino intensificaron sus precauciones al confirmarse un caso de peste bubónica, o peste negra, en una ciudad de Mongolia Interior.
El caso confirmado, según los reportes del gobierno local, fue de un pastor de Bayannur que ahora ya se encuentra en cuarentena y en una condición estable.
Aún se desconoce el motivo de contagio o la razón por la que el paciente se infecto. Sin embargo, los funcionarios ya han emitido una alerta de nivel 3 (la segunda más baja en un sistema de 4 niveles). Esta, implica la prohibición de caza y consumo de animales que puedan transmitir la enfermedad. De la misma manera hicieron un llamado a la población para informar sobre casos sospechosos.
La peste bubónica es causada por un infección bacteriana y puede ser mortal, pero existen antibióticos que pueden tratar esta enfermedad y están comúnmente disponibles.
Esta peste cobro fama en el siglo XIV matando al rededor de 100 millones de personas. Aunque es una peste del pasado, periódicamente se han registrado casos en el mundo. Por ejemplo, en el 2017 Madagascar registró más de 300 casos de peste negra. Y en el 2019, dos personas murieron en Mongolia a causa de esta peste, la cuál contrajeron por comer carne cruda de marmota.
«A diferencia del siglo XIV, ahora entendemos cómo se transmite esta enfermedad. Sabemos cómo prevenirlo. También podemos tratar a pacientes infectados con antibióticos efectivos.» – dijo el Dr. Shanti Kappagoda, médico de enfermedades infecciosas en Stanford Health Care
El principal portador de la peste negra es el roedor, y comúnmente se asocia con los casos que se registran en China, donde cazar marmotas es ilegal.
Esta enfermedad se caracteriza por provocar inflamación de los ganglios linfáticos. Aunque este nuevo caso registrado en 2020 pueda sonar alarmante, en realidad es poco probable que esta peste provoque una epidemia.
Estás son las epidemias más devastadoras que ha sufrido la humanidad