Existe un fenómeno en el universo llamado «El Baile». Según los astrónomos, este evento ocurre solamente 2 veces cada 12 años en donde los protagonistas son dos agujeros negros.
La gran noticia es que al estudiar uno de estos fenómenos, los astrónomos lograron comprobar las teorías de los científicos Eistein y Hawking.
Se trata de un agujero que pesa 18 mil millones de veces la masa de nuestro Sol. Y el otro no es tan grande, solamente pesa 150 millones de veces la masa solar, si solo eso. Y los científicos han logrado predecir sus interacciones con mucha precisión, al incluir sus efectos de deformación en el espacio-tiempo y al suponer que el agujero más grande tenía una “superficie” lisa.
Esta pareja de agujeros negros, de la galaxia OJ 287, se encuentra a unos 3.500 millones de años luz de la Tierra.
La mejor explicación para este fenómeno extraordinario llamado «El Baile», es que el objeto más pequeño se estrella contra el disco de gas y polvo que se acumula en su compañero más grande de forma rutinaria. Esto provoca que el material alcance temperaturas muy altas.
Podemos ver la complejidad de la órbita que dibuja el agujero más pequeño alrededor del grande. La precesión está asociada al cambio de dirección en el espacio que experimenta el eje instantáneo de rotación de un cuerpo. En otras palabras, es como el movimiento de oscilación que realiza un trompo.
“La órbita del agujero negro más pequeño tiene (un movimiento de) precesión. Es por eso que los tiempos de los impactos varían“, explicó el profesor Mauri Valtonen, de la Universidad de Turku, en Finlandia.
La teoría de la relatividad general, de Einstein, dice que la gravedad surge de la curvatura del espacio-tiempo. Imagina el universo como un tejido tenso cuya forma geométrica varía en función de la masa de los cuerpos celestes que se disponen sobre él. Con base a esto, sabemos que las órbitas de unos objetos sobre otros no repiten su trayectoria, como formulaba la gravitación definida por el físico Isaac Newton, sino que siguen un movimiento de precesión, lo que significa que la trayectoria cambia con cada giro.
Científicos como Stephen Hawking, desarrollaron lo que se conoció como: El teorema “sin pelo” de los agujeros negros.
Esta teoría explica que la superficie, o el horizonte de sucesos, de un agujero negro a lo largo de su eje de rotación es simétrica, es decir, no existen grumos ni protuberancias.
El profesor Achamveedu Gopakumar, del Instituto Tata de Investigación Fundamental, en India, trabajó en el modelo sobre las ondas gravitacionales junto con el estudiante graduado Lankeswar Dey.
“Con el telescopio Event Horizon (EHT) se hicieron observaciones tanto en 2017 como en 2018. Las otras campañas están suspendidas (debido al coronavirus) y esperamos tener tiempo durante la campaña 2021”- Achamveedu Gopakumar