Todos estamos involucrados, ya sea directa o indirectamente. Y antes de decir que no, es muy probable que alguna vez hayas adquirido una película pirata en algún tianguis de tu comunidad, o que tal vez hayas comprado algo en línea que no sabías era pirata.
Y, aunque la piratería se ve como algo normal en nuestra comunidad, lo cierto es que normalizar este tipo de comercio no es tan bueno como parece.
De acuerdo con un estudio realizado por la American Chamber México, la piratería no es solo el auge del crecimiento económico de algunos sectores del país como la venta informal, sino que también es el nicho para crímenes de mayor nivel.
Para entender más sobre el tema, debemos dejar en claro lo que entendemos por piratería.
¿Qué es la piratería?
Aunque inicialmente, el término estaba relacionado con el ámbito del derecho de autor de las industrias creativas, la piratería actualmente se refiere a la falsificación de marcas e incluso, en ciertas industrias, y también algunas extensiones de patentes.
¿Cómo nos afecta socialmente?
Tiene consecuencias severas, ya que la piratería como fenómeno social, está asociado a cierto grado de aceptabilidad, tolerancia y justificación. Al ser este, el primer contacto con la propiedad intelectual puede derivar en que esta última se perciba de manera negativa o que no se valore como un pilar del progreso económico y social.
Tepito como el auge de la piratería en México
Desde la evolución histórica del mercado, Tepito es un lugar en donde se han desarrollado actividades comerciales informales de tipo lícito e ilícito. Dentro de estas últimas se encuentra la venta de drogas, armas y piratería.
De acuerdo con lo expresado por diversos entrevistados, La Unión Tepito es uno de los grandes controladores de piratería en México. En este sentido, el mercado controlado mayormente por ese grupo delictivo se dedica a vender distintos tipos de productos originales, robados y falsificados que pueden ser pilas, rastrillos, champús, ropa, calzado, discos compactos, DVDs, relojes, bolsas, lentes, juguetes, alimentos, medicamentos, vitaminas, entre otros.
Lo cual, ha ocasionado bastante tolerancia en los vendedores que se dedican a la distribución de productos robados y pirateados. Pero los comerciantes de piratería no son los únicos que han adoptado esta fuente de trabajo como algo normal.
La piratería en México como una fuente de trabajo
Aunque las autoridades están conscientes de lo que sucede con la piratería, esta situación sigue teniendo un gran nivel de tolerancia, ya que, se sigue considerando como una actividad inocente de economía.
Un claro ejemplo de la tolerancia que permanecen en torno a ciertos mercados fue relatado por uno de los participantes de los grupos de enfoque realizados en la investigación. Dicho informante contó que cuando le expresaron su preocupación en torno a la piratería a uno de los jefes de gobierno que ha tenido la Ciudad de México, el gobernante expresó que jamás iría contra la piratería pues era una fuente de trabajo para la población.
Usualmente, cuando se hace referencia a la piratería se cree que se trata de una actividad “inocente” a partir de la cual un sector de la población subsiste en México. Inclusive se podría afirmar que la piratería no suele ser considerada como un delito. Pero, la piratería no es tan inocente como se piensa, la piratería abre paso a más delitos mayores como la extorción, trata de personas, secuestros, etc.