(…) este año más que nunca hemos visto como todos los gobiernos nos han fallado, hemos visto que las personas en realidad no les importamos y así, todas sus mentiras han quedado por fin expuestas. Somos testigos de la desintegración de nuestros más básicos derechos y libertades.
Nos sumergen en suicidas medidas de austeridad mientras se destina a la banca el dinero suficiente como para erradicar para siempre el hambre de la faz del planeta. Ahora mismo mientras escuchas este mensaje políticos, banqueros, empresarios y en general personas dentro del ámbito del poder económico disfrutan de una vida de lujo y desproporción exprimiendo a sus pueblos como nunca antes había sucedido y el abismo que separa a pobres y ricos se incrementa más cada día que pasa.
Quieren hacernos creer que vivimos en una democracia escudándose en que garantizan el voto a todos los ciudadanos mientras nos roban el poder de decidir lo qué harán con ese voto. Esto es una dictadura cada vez menos encubierta donde los políticos ya no tienen por qué respetar ninguno de los puntos de sus programas ni tampoco explicar sus decisiones. Su impunidad y desvergüenza ante la sociedad es nauseabunda, pero esa democracia a la que dicen servir no es más que una pantalla de humo para mantener al pueblo bajo control. Sin embargo nuestra capacidad de comunicarnos y relacionarnos ha cambiado drasticamente en los últimos años y eso hace temer a los gobiernos que puedan perder el poder sobre nosotros que les brindaban sus mentiras.
Temen que un pueblo tenga verdadero control sobre si mismo y sobre su destino. Temen que tomemos conciencia de nosotros mismos. Temen que comprendamos que ya no necesitamos que nadie decida por nosotros. Por eso nos temen. Por eso temen a Anonymous, porque sabemos que el verdadero poder no es dominar al pueblo sino servirlo (…)